Asociación Castellano-Manchega de Sociología

En recuerdo del socio y amigo de la ACMS, Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945-2020)


«Si me pidieran que señalara alguna característica de la poesía de Manuel Quiroga, sin duda alguna señalaría tres, la perfección formal de su métrica, su sentido del ritmo siempre presente, que en él era algo natural y por último, la búsqueda de sus últimos años por construir un lenguaje de acercamiento a los objetos “a modo de abeja”, es decir intentando elaborar un alrededor de referencias que retrasaran el significado lo más posible. Pienso que con objeto de solidificar y cimentar el lenguaje poético, así como hacen las abejas en sus constructos.»


Pilar Jimeno Salvatierra,
En Madrid a 19 de Marzo de 2021

SOCIO DE LA ACMS


Autor de una amplia obra de poesía, crítico literario, entrevistador magnífico de escritores y poetas, gran animador de la poesía y de la literatura. Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, fue Socio de la Asociación Castellano Manchega de Sociología, participando junto a su esposa Pilar en los congresos de Almagro.

Dusica Dann, Manuel Quiroga, Marisa Calvo y Octavio Uña.

MANUEL QUIROGA CLÉRIGO… SIEMPRE

Plaquette, dirigida por los poetas, Oskar Rodrigañez Flores y Pilar S. Tarduchy, en la colección Búho Búcaro Poesía.

Un homenaje poético al gran Manuel Quiroga Clérigo


Las letras generosas: adiós a Manuel Quiroga Clérigo

por Redacción ACE 10 junio 2020

© ANTONIO DAGANZO

Un fallecimiento repentino, en el contexto insólito de un dificilísimo tiempo de pandemia –cuánta consternación, y cómo consolarnos- nos ha dejado sin la alegría y la generosidad incesante de Manuel Quiroga Clérigo (1945 – 2020), sociólogo y hombre de letras bien completo –poeta, dramaturgo, narrador-. A fe que vamos a extrañarlo, porque una generosidad como la suya –incesante, sí, y omnímoda también- deja a su alrededor huella indeleble. La figura de Manuel –madrileño de cuna pero cuya patria, en verdad, era el mundo entero- representaba justo lo contrario de ese gastado arquetipo del artista encerrado en su torre de marfil. Su paso por la Secretaría General de la Asociación Colegial de Escritores de España vino a dar trascendencia, oficialidad –por decirlo de un modo enfático y casi protocolario-, a lo que muchos ya sabíamos: que Manuel tenía a los demás siempre presentes, como una dinamo que alimentaba el mecanismo de sus inquietudes gremiales y cívicas, y como un faro también, gracias al cual sus afanes en el campo de la literatura cobraban sentido último.Manuel Quieroga, en el centro. En una reunión de la Junta Directiva

Manuel Quiroga en una de las reuiones de la Junta Directiva de ACE en su condición de secretario general.

Afanes creadores y no creadores en su acepción estricta, porque Manuel Quiroga, además de escritor y poeta muy destacado, prolífico y de largos caminos, fue un crítico incansable, y de los buenos: de los que se acercaban a las obras ajenas sin anteponer prejuicios o dogmas. Muy al contrario, su capacidad de análisis –fundada en un amplio conocimiento de las letras de ayer y de hoy- propendía a una mirada empática, y de ahí su habilidad para descubrir la entraña cierta de los libros que caían en sus manos. A ello cabe añadir la preocupación que sentía por la pérdida de espacio, cada vez más acusada, de la reflexión crítica y cultural en los medios tradicionales, y su convencimiento de que las nuevas plataformas ligadas a lo virtual podían paliar eficazmente tan inquietante situación. Multiplicando esfuerzos, Manuel convirtió las reseñas literarias no sólo en un terreno muy fecundo sino también en territorio franco para las revelaciones y sorpresas. Más importante todavía: en un espacio de encuentro donde la amplitud del panorama era exigencia sine qua non.

San Vicente de la Barquera: «el lugar que siempre inspiró e iluminó a tan fecundo artista de la palabra»-

En consonancia con su espíritu expansivo y su natural prolífico, la creación de Manuel Quiroga se nos antoja felizmente torrencial. Sobre todo en el verso, pues, antes que cualquier otra cosa –y no resulta inoportuna ni baladí la reiteración-, Manuel Quiroga Clérigo fue poeta, con cerca de una treintena de libros en su haber. Homenaje a Neruda (1973), Fuimos pájaros rotos (1980), Los jardines latinos (1998), De varia España (1998), Las batallas de octubre (2002), Crónica de aves (2007), Volver a Guanajuato (2012) o Isla / País de colibríes (2017) son algunos de los títulos fundamentales que nos lega, a los que debe sumarse su Alrededor, de 2019; una obra monumental, de 276 páginas, en la que hoy puede verse ya, más que un testamento poético, una suerte de fe de vida al hilo de sus andanzas como trotamundos. Viajero infatigable por Europa, por África, por Asia y por América toda, Manuel Quiroga Clérigo cuajó en Alrededor posiblemente su crónica lírica más detallada y acabada; crónica lírica de desarrollos textuales, articulados fundamentalmente en pletóricos, ubérrimos alejandrinos blancos –menester, por cierto, que acabó convertido en marca de la casa-. Como escribí en su día, en el discurso de Alrededor encontramos “una ambición totalizadora y una sencillez esclarecedora” en torno a “los pasos alrededor del mundo de un destino individual”.

 Pero, junto a aquella vena de largos y pletóricos caminos, donde la maestría formal, el ferviente testimonio, el oficio indeclinable y la riqueza imaginativa forjaron alianzas tan valiosas, Manuel Quiroga Clérigo fue un poeta dotado también para la confidencia, para la revelación sutil, para la lírica desnuda de maletas e impresiones fuertes, para el manejo reverencial de los sagrados dones de la memoria. En este sentido, siempre resaltaré mi predilección por uno de sus poemarios, curiosamente, menos difundidos, más secretos: Leve historia sin trenes, editado en Logroño en 2008. De una muy llamativa concisión -511 versos lo conforman-, el autor quiso explorar aquí los adentros de la realidad misma, proponiendo una especie de “panorámica de la emoción en el curso de la existencia”, como igualmente escribí en su día. “La levedad de cada uno de los instantes evocados, de cada uno de los sentimientos sugeridos”, quedaba al servicio de un verso cuya placidez nos entregaba –y nos entrega aún- “una delicada y sostenida turbación”: la de mirar atrás, en buena medida; incluso a los años primeros, para delimitar hallazgos que hoy, en verdad, nos estremecen. Citando al autor letra por letra, “acaso el sol adolescente llegará a redimirnos”.

“Su gran sueño era conocer Rapa Nui… Allí, tal vez, esté su alma ahora”: eso acaba de decirme, desde Chile, el poeta, fotógrafo y artista visual Theodoro Elssaca, que bien pudo conocer a nuestro amigo. Y no le falta razón, porque, efectivamente, los numerosos y mundiales pasos de Manuel Quiroga Clérigo no alcanzaron a llegar hasta la lejana Isla de Pascua. Desde luego, si no está caminando ahora mismo entre moáis, su espíritu –esa energía que nunca se destruye sino que sólo se transforma- habrá buscado ya la Cantabria de sus amores y reposos; el lugar que siempre inspiró e iluminó a tan fecundo artista de la palabra: San Vicente de la Barquera.

Descansa en paz, Manuel. No dejaremos de leerte y evocarte, compañero, muy querido y generoso compañero. Tu partida nos ha recordado, inevitablemente, aquello que cantara León Felipe: “¿Por qué están hechos nuestros ojos / para llorar y para ver?…”


A Manuel Quiroga Clérigo, in memoriam

por ACESCRITORES 13 junio 2020

Publicamos el artículo que, en forma de carta dirigida a Manuel Quiroga Clérigo, nos ha remitido Esther García López, poeta y narradora, presidenta de la Asociación de Escritores de Astuiras, entidad con la que ACE tiene suscrito un convenio de colaboración desde 2016.

© Mª ESTHER GARCÍA LÓPEZ (*)

Querido amigo:

Hay veces que el dolor y las emociones fuertes despiertan la imaginación. Otras veces, cuando el dolor es muy intenso, nos asusta ponernos delante de una hoja en blanco. Diríamos tantas cosas que no tenemos palabras.

Hoy es uno de esos días en los que la tristeza puede más que cualquier otro sentimiento, Manuel Quiroga Clérigo, (Madrid, 1945-2020), sociólogo, poeta, dramaturgo, narrador y crítico literario pero sobre todo amigo, mi amigo, que tenía un lugar en mi corazón, se fue para siempre- El pasado día siete se marcó un punto negro en la línea de su vida, el punto final. Todos los que lo queríamos, vemos ahora relumbrar los puntos brillantes de los buenos momentos que pasamos con él. Manuel era una persona familiar y que disfrutaba con sus amistades. Fue para mí un amigo entrañable, junto con su mujer Pilar, a quien abrazo fuerte desde estas líneas.

La muerte, una vez más nos dejó descolocados. Nunca estamos preparados. Perder un amigo es una mala experiencia, es un dolor que deja roto el corazón y deja huella para toda la vida. Además siempre queda algo pendiente. En este caso la presentación de sus libros aquí en Asturias. Después de buscar algunas fechas, lo fuimos posponiendo para este año. Y llegó la pandemia y otras cosas que da la vida y forzosamente tuvimos que seguir aplazando su visita. Una vez más se cumple el Carpe Díem, del poeta Horacio: “Aprovecha el día de hoy; confía lo menos posible en el mañana”. El futuro siempre es incierto. Buscaremos fecha para leer sus versos en Asturias. Allí donde esté nos escuchará.

La poesía está de luto porque perdimos un poeta, jovial y alegre, lector atento, viajero incansable y amigo de ayudar a los demás, generoso, siempre dispuesto a trasmitirnos buenas dosis de alegría, siempre dispuesto a arroparnos con sus palabras, con sus reseñas de libros, a estar presente en actos y presentaciones. La última vez que nos acompañó fue cuando el pasado noviembre, presentamos en el Centro Asturiano de Madrid, la colección “Rimacuentos” (Ed. Tinta Chica). No faltó tampoco Manuel a la cita.

Manuel desde la secretaría de la Asociación Colegial de Escritores de España, tomó parte importante para establecer un convenio de colaboración entre la Asociación de Escritores de Asturias (AEA) y la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), con la que desde hace unos años tenemos estrecha relación. Se desplazó a Asturias para participar como ponente en la Feria del Libro de Gijón y fue colaborador en nuestra WEB con sus escritos. Se fue sin que todavía viera la luz su colaboración en la tercera entrega de “Al Horru III”, (Ed. Patanegra), en el que participa con un bello poema.

Quiero enviarle, como último adiós, estas palabras cariñosas y expresar desde estas líneas el dolor que sentimos por su partida repentina. También le envío a Pilar, su mujer y a sus hijos, la ternura y cariño que se merecen en estos días tan difíciles. Y nuestro sentido pésame en nombre de la Asociación de Escritores de Asturias (AEA).

Una vez más, con la muerte inesperada de un amigo nos llega el aviso de que la muerte forma parte de la vida misma.

Gracias Manuel, por tu amistad, por ser como eras, amigo de verdad.

Termino con uno de sus poemas que me envió el Día de la Poesía, en esta Primavera atípica, que el destino eligió para llevarlo a otra dimensión.

Día mundial del gorrión

Están en el alero/esperando el alpiste,
despreocupados, libres,/bajo un cielo nublado.
En esos días tristes/carentes de miradas
donde todo amenaza/a la vida indefensa
las minúsculas aves/vuelan por los jardines,
se refugian en prunos,/se asoman a las rosas,
siguen inaugurando/su futuro de espejo
como si recordaran/que mañana amanece.
Por eso se alimentan/con jolgorio de alas
igual que si volvieran/de los alegres bosques.
Cuando acaba el alpiste/regresan a los álamos,
se acurrucan en grupo/en las ramas desiertas,
lanzan algún gorjeo/desde púlpitos quietos
sintiéndose seguros/y bien alimentados.
En marzo los gorriones/nos traen la primavera,
alegran las ventanas/con su figura leve
y mitigan un poco/la tristeza del mundo.

Manuel Quiroga Clérigo

20/03/ 20 Día del Gorrión, 21/ 03/ 2020 Día de la Poesía (con diversos nubarrones) y Día de los Bosques.

(*) Presidenta de la Asociación de Escritores de Asturias.


Fallece el escritor madrileño Manuel Quiroga

El autor de ‘Fuimos pájaros rotos’ y ‘Las batallas de octubre’ ha muerto a los 75 años

Madrid – 09 JUN 2020 – 17:57 CEST

Manuel Quiroga Clérigo en el certamen Cartas de Amor del Ayuntamiento de Valdemoro de 2013.
Manuel Quiroga Clérigo en el certamen Cartas de Amor del Ayuntamiento de Valdemoro de 2013. CRISTINA CARRALON

El escritor madrileño Manuel Quiroga, quien fue también vicepresidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), ha fallecido a los 75 años de edad, según ha informado esta entidad en un comunicado recogido por distintas agencias de noticias.

“Quiroga Clérigo ha demostrado a lo largo de su vida que la escritura puede ser compatible con la dedicación a la solidaridad. El demostró siempre coherencia como persona y escritor comprometiéndose con la causa de los autores y autoras”, ha expresado el presidente de ACE, Manuel Rico Rego, tras la muerte del autor (Madrid, 1945) el pasado 5 de junio.

Quiroga, autor de Fuimos pájaros rotos (Ámbito Literario, 1980) y Las batallas de octubre (Plaza & Janés, 2002), cosechó una carrera literaria de más de medio siglo. Nacido en Madrid en 1945, era además doctor en ciencias políticas y sociología.

En su trayectoria como autor, según ha comunicado ACE, encontró “primero en la poesía y después en la literatura en general una vía de “convivencia con el propio mundo que iba descubriendo y analizando”. Además, participó en numerosas iniciativas de apoyo y defensa de los derechos de escritores y escritoras, al tiempo que “iba encontrando referencias para sus libros y diversos de estudio”.

Entre sus obras destacan títulos como De Morelia callada (Adonais, 1997); Los jardines latinos (Endymión, 1998); Desolaciones tardías (J, Navas, 2000); Las batallas de octubre (Plaza&Janés, 2002); y Los afectos metódicos (Visión Libros, 2008). Además, participó en periódicos y revistas, congresos nacionales e internacionales y conferencias y colaboró con entidades literarias y de defensa de escritores y escritoras a través de la Asociación Colegial de Escritores de España, la Asociación Andaluza de Críticos Literarios. También formó parte de la Academia Cervantina de Guanajuato y el Pen Club de España.


El poeta Manuel Quiroga Clérigo fallece en Majadahonda de un infarto a los 75 años

LIDIA GARCIA. El poeta Manuel Quiroga Clérigo falleció inesperadamente en Majadahonda este lunes 8 de junio (2020) de un infarto de miocardio a los 75 años de edad, causando una honda conmoción entre familiares y amigos. “Estamos todos consternados, era un hombre muy vital“, declaró su amiga, la crítica de arte, periodista y escritora Julia Sáez-Angulo, que fue la persona que lo introdujo recientemente como colaborador en MJD Magazin, donde llegó a publicar varios poemas, el último de los cuales este pasado fin de semana. “Ha sido un shock para todos los que le conocemos como poeta y escritor“, comenta otro amigo. Descanse en paz y desde este medio de comunicación como modesto homenaje publicamos de nuevo en portada sus 5 artículos y trasladamos nuestro más profundo pésame a su familia y amigos, entre los que se encuentra Mari Paz Hernández Sánchez, que ha escrito este obituario: “Ayer se fue un estimado amigo, Manuel Quiroga Clérigo (1945-2020), residente en Majadahonda (Madrid). Aunque le adornaban varios títulos universitarios como Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), durante años cultivó y se desarrolló como un gran poeta, donde destacó con brillantez su poesía en alejandrinos, llenos de gran expresividad en el detalle y la belleza. Escribió numerosos libros de poesía (que no voy a enumerar ahora), destacando los de viajes, donde hace una detallada descripción en ellos, de los lugares que ha visitado, ensalzando los paisajes con minuciosidad y adentrándose en el paisanaje. Pero sobre todo, en estos momentos, y siempre, quiero destacar la gran calidad humana de Manuel Quiroga, hombre afable, apacible, siempre dispuesto, con simpatía y con mesura a echar una mano a cualquiera que viera necesitado para dar pasos adelante y poderle alentar”.

Manuel Quiroga Clérigo y Mari Paz Hernández

“Era corriente verle en su caminar apresurado de un lado para otro, yendo a las nuevas proyecciones de películas, a los numerosos actos poéticos, a las presentaciones de libros o bien de premios literarios como muestra de apoyo. Y además le gustaba sorprender a los conocidos con críticas literarias en diversas revistas para dar a conocer a los autores noveles. A esto se le llama generosidad… Hoy, con el dolor de su marcha, escribo estas líneas, no sé si para que él las lea desde allá donde esté, o bien para dejar constancia de mi reconocimiento y agradecimiento por su amistad, en un tramo donde convergieron nuestros caminos entre versos. No es mi intención con estas palabras decirle adiós. Le digo: “Hasta luego, amigo Manuel”.

COPLA A MANUEL QUIROGA CLÉRIGO
Qué fatalidad, amigo,
el tiempo ya no te importa,
ni ese virus que soporta
la gente, como enemigo.
Estoy triste por tu marcha
que me dejó sin aliento,
te alejaste como el viento
adentrándose la escarcha.
El Escorial, 9 de junio de 2020


En recuerdo del socio y amigo de la ACMS, Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945-2020)

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